Reconociendo el gran reto que supone para todas las personas en todo el mundo combatir la pandemia del COVID-19, el Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo se enfoca en abordar el brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, prestando especial atención a la actual pandemia del COVID-19.
Recuerdo para esas víctimas, para sus familiares y amigos, compañeros y compañeras de trabajo, pero también para las personas trabajadoras que, aún a riesgo de su salud, han dado la batalla a esta enfermedad en primera línea.
No hay que olvidar, que los recortes significan precariedad lo que implica la falta de seguridad y estabilidad, junto a la falta de los recursos y medios económicos suficientes para la prevención de accidentes y enfermedades en el trabajo. Tanto en el sector privado como en el sector público sufrimos estos recortes con nuestra seguridad y salud.
Es más, se llevan décadas ignorando y desatendiendo la Salud Pública, y esto se ve, ahora, donde los recortes han dado paso al negocio privado, que prima el beneficio a los recursos a la sociedad, lo que trae también a unas condiciones laborales precarias a la clase trabajadora. Donde los recursos económicos han pasado a insignificantes o irrisorios, y los más perjudicados, la sociedad en general, los mismos de siempre.
Recortes y precariedad que sufrimos la clase trabajadora, en nuestras condiciones de trabajo, en nuestro día a día, en la sobrecarga física al tener una plantilla mínima, en nuestro descanso semanal (seguridad privada, hostelería, construcción, comercio y sanidad sobre todo) en nuestros salarios.
Hace falta inversión económica y productiva en, una prevención de riesgos laborales que sea real, efectiva e innegable.
Hay que crear una cultura de la seguridad y la salud, y así a reducir el número de fallecimientos y lesiones relacionadas con el trabajo.
Cada uno de nosotros es responsable de frenar fallecimientos y lesiones en el trabajo. Como los gobiernos, deben proporcionar infraestructura (leyes y servicios) necesaria para garantizar que las y los trabajadores sigan siendo empleados y que las empresas prosperen. Esto incluye el desarrollo de una política, un programa y un sistema de inspección (laboral) para hacer cumplir la legislación y política de seguridad y salud en el trabajo. Como empresarios o empleadores, son responsables de garantizar que el entorno de trabajo sea seguro y saludable. Como trabajadores, tenemos la responsabilidad de trabajar de manera segura y protegernos y no poner en peligro a otros, conocer nuestros derechos y participar en la implementación de medidas preventivas.
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